13 razones por las que tienes qué ver 13 Reasons Why

“13 Reasons Why” el show producido y distribuido por Netflix ha causado contoversia al contar la historia de cómo una joven adolescente comete suicidio. La palabra en sí nos eriza la piel de inmediato. No se trata sólo de una terminología, significa de manera contundente el final de una vida de la peor manera posible. No es un accidente, no es una agresión en tu contra, es algo antinatural. ¿Cómo podemos ver una historia que en sí plantea una premisa con un final tan infeliz? Sin importar las lecciones que esto pueda traer por supuesto…

courtesy of Netflix

Aquí van 13 razones por las que vale la pena hacerlo:

  1. Es REAL. No se trata de uno de esos shows en los que adolescentes y adultos parecieran no existir en el mismo planeta o donde ves a los padres como accesorios incidentales. Los personajes, como en la vida real, coexisten e interactúan. Los hijos podrán ver el sufrimiento y razonamiento de sus padres y los padres verán un mundo que aunque parezca extremo, es la realidad de nuestros niños y adolescentes en todo el mundo.
  2. Toda ACCIÓN tiene una REACCIÓN. Newton tenía mucha razón. Cada cosa que hacemos en el mundo real o en la vida digital tiene un impacto. Cuando maltratamos a alguien, hay una serie de reacciones mentales y físicas. Desde depresión, conductas agresivas, rechazo, adicciones, o simple desarrollo de personalidad. Nuestros padres de pronto se ocupan demasiado en trabajar y se ausentan de casa. Nuestros hijos desarrollan personalidades e intereses ajenos a nosotros y se alejan. Y lo que hagamos o dejemos de hacer impacta a los demás.
  3. Nuestra PERCEPCIÓN del mundo toma forma con muchos elementos. Aún cuando nuestros padres nos inculcan una serie de valores, intereses y conductas; el mundo tiene su propia influencia en nosotros. Los medios, nuestros padres, la sociedad, maestros, e incluso los mercadólogos moldean nuestras ideas y un concepto de lo que somos. Recordemos que en la adolescencia todo es más grande y fuerte… las cosas son más graves, más complicados, o mejores y más emocionantes. No subestimemos sus emociones o problemas o ignoremos cuando algo acerca de ellos o sus amigos “no se siente bien o adecuado”.
  4. Se requiere de toda una ALDEA para criar a un hijo. El mundo y su complejidad hacen que una sola persona no se dé abasto para cuidar de un niño. Y realmente, siempre ha sido así. Aún en el pasado, los padres solteros se rodeaban de una niñera confiable, un familiar, vecino de confianza, o alguien que pudiera ayudarles. Algunos niños fueron criados realmente por un tío o el papá de algún amigo. Los niños y adolescentes necesitan eso ahora más que nunca. Necesitan adultos de verdad, presentes, activos y que realmente estén dispuestos a guiarlos. Y no sólo eso, que puedan apoyar a otros padres compartiendo lo que ellos de pronto no pueden ver. Pero también se necesitan verdaderos amigos cerca. Sí, queridos adolescentes, esto es SU trabajo. El show permite ver cómo esta generación no está desarrollando amistades profundas. No hablan de los verdaderos problemas y se convierten en compañeros de fiestas o de escuela, pero no conectan de manera auténtica.
  5. El mundo necesita más INTELIGENCIA EMOCIONAL. Todos necesitamos manejar mejor nuestras emociones y nuestras reacciones a ellas. El bullying no es nuevo, siempre ha habido bravucones y prepotentes que intimidan a los demás. Pero ahora es más rápido, grande e impactante que antes. La tristeza y el sentise inadecuados es tradicional en la adolescencia. Y hasta cierto punto el no conformarse con la sociedad o encajar con los paradigmas durante la adolescencia es lo que desarrolla adultos que quieren cambiar el mundo. Pero hemos desarrollado sociedades que quieren estar libres de todo: libres de estrés, libres de problemas, de azúcar, pero no enfrentan la realidad del mundo. No podemos erradiar los problemas, pero sí podemos aprender a enfrentarlos. La gente muere, se lastima, y triunfa; pero… ¿cómo reaccionamos a eso? ¿Quién está tomando la responsabilidad de desarrollar adultos y niños sanos emocionalmente? Gente que sea capaz de experimentarla tristeza sin tomar pastillas; capaz de enojarse o frustrarse, sin atacar a otros; que puede divertirse y disfrutar la vida, sin tener qué recurrir al alcohol, las drogas o la adrenalina. No podemos darnos por vencidos. Necesitamos asumir nuestro papel y dejar de ventilar nuestros problemas en un post de Facebook o un chat.
  6. Sí existe el exceso de LIBERTAD, se llama libertinaje. Se nos pasó la mano, tenemos qué reconocer que nos excedimos. Tras un período en el que era necesario cambiar sistemas y creencias por su nivel de represión, ahora es lo contrario. Los niños y adolescentes no pueden hacer todo lo que quieran o puedan hacer. Cualquier niño de 8 años quizás podría manejar un auto. Y sin embargo, no le damos permiso para manejar. Incluso podría operar otros dispositivos, máquinas e incluso instrumentos técnicos. Podrían y quizás querrían hacerlo, pero hay demasiado en riesgo para dejarlo en sus manos. Necesitamos volver a plantear restricciones. Las marcas y las plataformas necesitan analizar nuevamente su marketing y condiciones de uso. ¿Quizás el permiso de uno de los padres? ¿Quizás una cuenta conjunta hasta que cumplan 16 años? Quizás muchos odien la idea, pero sólo recuerden cuánto se nos forjaba el carácter teniendo qué hablar a la casa de algún amigo y que nos contestaran sus padres, o convencer a nuestros padres de que podíamos hacernos responsables de un auto.
    courtesy of Netflix
  7. Las escuelas necesitan ADAPTARSE. El sistema escolar tiene cierta responsabilidad de evolucionar con los tiempos. Es injusto poner toda la carga del futuro de nuestros hijos en sus manos, pero sí deben mejorar. No hay una razón para permitir que los niños tengan con ellos dispositivos durante sus clases. Debemos permitir a los nños y adolescentes vivir cada una de sus etapas al máximo y darles retos de conocimiento. Nosotros como adultos tenemos muchos problemas para controlar nuestro uso de dispositivos y tecnologías y sin embargo pedimos a los niños que demuestren un autocontrol que no poseemos. Las escuelas cuentan con clases de computación, programación y hasta robótica. Y no hay clases que los preparen para utilizar las herramientas de conexión social de manera adecuada. Alguien debe hacerlo y los maestros también deben aprender a conocer y manejar las redes sociales para preparar a la siguiente generación a utilizar la tecnología de forma positiva y constructiva.
  8. Las REDES SOCIALES no son una moda. Las plataformas más reconocidas no son sólo parte de algo pasajero, y no son sólo para niños y adolescentes que no tienen nada mejor qué hacer. Las redes sociales se han convertido en herramientas que desarrollarán nuestra interacción con el mundo, nuestras empresas, colegas, y comunidad en general. Ya no podemos decir que son triviales o una pérdida de tiempo. Sí, surgen cosas nuevas todos los días y no sabemos si Facebook vivirá por siempre o desaparecerá. Lo que sí sabemos es que una vez que Facebook, Google y YouTube se convirtieron en empresas sólidas, también se conviritieron en herramientas de relevancia. Se trata de medios y espacios serios y así se mantendrán.
  9. Sí es NUESTRO problema. El suicidio, la depresión, el bullying y todo lo que sucede con los adolescentes es nuestro problema. No podemos decir que es culpa de los papás o el sistema educativo. Aún cuando sí sea su responsabilidad directa, no podemos hacer mucho para cambiarlos. No hay políticas que eviten que un niño escriba la palabra equivocada en un buscador. No hay un agente de la ley que pueda meterse en la mente de un adolescente para evitar que haga una transmisión en vivo de algo completamente atroz. Pero todos nosotros estamos alrededor y podemos hacer algo. Somos los amigos, familia, vecinos o la persona que está parada al lado de ellos y que puede decir “no” o “¿te puedo ayudar?”.
  10. Necesitamos HABLAR. Sí, necesitamos comunicarnos y mantener conversaciones. Particularmente esas conversaciones incómodas que intentamos evitar. En los 80s y 90s nuestros niños aprendían las cosas malas de la oveja negra que tenían por amigo, primo o hermano. Hoy en día, los niños aprenden de los dispositivos. Dispositivos y plataformas que no tienen conexión o responsabilidad alguna para con ellos. No puedes hablarle a sus madres o evitar que visiten tu casa, o mudarte a otro país para evitarlos. (Quizás en algunos países sí perderías contacto, pero no son el tipo de países en dónde quisieras estar). La misma información a la que tienen acceso en tu casa, puede alcanzarlos en cualquier otra parte del mundo. Necesitamos conversaciones abiertas con más información en base a la experiencia y menos información técnica nada más.
    courtesy of Netflix
  11. La historia SE REPITE, NO LA OLVIDES. Sí, logramos sobrevivir infancias dolorosas y cosas que seguimos trabajando en nuestras sesiones de terapia o grupos de la iglesia, o reuniones de Alcólicos Anónimos. Pero lo que sea que nos haya llevado hasta ahí, además de sanarlo y seguir adelante, no podemos olvidar que lo vivimos. Necesitamos recordar que esas cosas pasan. Necesitamos aceptar que las nuevas generaciones van a pasar por eso y aún más. Vivirán estas cosas a su manera, y con sus propias nuevas tecnologías por descubrir muy seguramente. No podemos esperar que las batallas que libramos estén permanentemente ganadas o vivir cómodos bajo la premisa de que “esas cosas no nos pasarán a nosotros”.
  12. Los papás ESTÁN A CARGO. No es un juicio, es un hecho. Es una ley natural. Lo lamento chicos, pueden estar equivocados (y algunos están muy equivocados) pero están a cargo. Los padres ponen las líneas a seguir, con cualquiera que sea su técnica, escuela de pensamiento o valores. Cuando crezcan podrán llegar a tener la edad legal para decidir qué tan equivocadoes estaban sus padres. Los sistemas legales y de protección al menor están diseñados para ayudar cuando las cosas no funcionan como debieran. Pero sin importar qué tan inteligentes, proactivos, comprometidos, o talentosos sean los niños, ellos—(TÚ, si eres menor de 18 años) no estás a cargo; y créanme eso as elgo muy muy bueno para todos. Déjenlos aprender poco a poco y disfrutar y sobrevivir cada etapa. Y si conocen a algún padre que realmente no puede o no debe estar a cargo, entonces repórtenlo y ayuden a que esos niños encuentren otro adulto que sí pueda guiarlos.
  13. Hace que los ADOLESCENTES se incomoden. A los adolescentes les molesta ver que de pronto alguien comparte sus secretos y da una mirada hacia su mundo. Y nosotros tenemos qué decir ¡GRACIAS! Los adolescentes deberían estar agradecidos de que los tomaron en serio, tan en serio que nos están compartiendo la realidad de lo que piensan, sienten y enfrentan todos los días. Los padres y educadores deberían agradecer que alguien está mostrando que aunque hagan bien su trabajo, eso ya no es suficiente. Y la sociedad en general debe estar agradecida porque necesitamos cuidar a nuestros jóvenes, más allá de la practicidad, más allá de los sistemas educativos y sí… también más allá de las VENTAS.

Ahí van las 13 razones para ver 13 Reasons Why. Probablemente al verla encontrarás muchas más y quizás algunas para no verla. Pero no podemos seguir evitando el tema, ha sido expuesto y no podemos pretender que nunca existió.

Si tienes dudas, comentarios o preocupaciones sobre este y otros temas similares, por favor contáctanos a través de nuestro correo electrónico: contacto@vosgroup.net

 

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