¡No Toques mi teléfono!

Como siempre me gusta repetirlo, las redes sociales y dispositivos no son un juego.

¿Qué necesitamos entender de la privacidad y el uso personal de dispositivos como tablets y teléfonos celulares? Estos son los 3 puntos más importantes:

Dispositivo a mi medida

Los dispositivos y aplicaciones son altamente personalizados. Todo es personalizado, desde nuestra foto de perfil o nuestro fondo de pantalla, hasta las notificaciones, volumen, tamaño de letra, hasta el contenido y manejo de información de tu dispositivo en general. Cuando alguien más tiene acceso a tu dispositivo no tiene idea de las modificaciones que puede realizar y cómo puede esto afectar tu experiencia con el mismo. Si mueven, dan click o utilizan algo dentro del dispositivo, la experiencia de usuario se afecta. La tecnología inteligente nota cada una de nuestras acciones y conductas generando patrones y registros digitales que dictan nuestra experiencia. Así que la próxima vez que un padre de familia reciba una invitación para seguir una página que tenga qué ver con “poder femenino”, tendrá sentido que recuerde que mamá o una de sus hijas utilizó su teléfono para “revisar algo rapidísimo”.

Una mezcla entre apartado postal y asistente

Tu dispositivo contiene casi todo en tu vida. Desde información de tus actividades diarias y el registro de todas tus comunicaciones. No sólo se trata de si estás siendo infiel y el impacto en tus relaciones de pareja. También se trata acerca de la comunicación directa, confidencial y de confianza con gente en un entorno laboral o educativo. También se trata de temas familiares o de confianza. Y si eres de las personas creativas de este planeta, quizás también tengas borradores o ideas para artículos, canciones, libros, etcétera. Por lo tanto, no vas a querer que nadie más tenga acceso a ellos.

El que busca encuentra… 

Recuerdo muy bien ese dicho y no hay una situación en la que sea más cierto que gracias a la tecnología digital. Lo que sea que “encuentres” en el dispositivo de otra persona, no tenía qué ser compartido. Queremos usar los dispositivos para que nos proporcionen la información que no fuimos capaces de ver o de obtener de la persona. Queremos que los dispositivos nos cuenten las historias que no pudimos o quisimos escuchar. Es muy probable que si tienes suficiente interés para revisar el dispositivo, también tengas suficiente curiosidad para realmente resolver esas dudas directo con la persona. Sal del dispositivo, atrévete a tener una plática real y profunda. Muchos elementos de la tecnología digital pueden facilitar que la gente mienta, engañe, lastime o exponga a sus seres queridos de muchas maneras.

Si quieres conocer un poco más, recomiendo si te es posible leer el artículo original en inglés de Katherine M. Hertlein y Armeda Stevenson en el Journal of Psychosocial Research on Cyberspace:

The Seven “As” Contributing to Internet-Related Intimacy Problems: A Literature Review

A final de cuentas, los dispositivos digitales son personales. No puedes hablar de una intimidad mayor que la que existe dentro de un dispositivo digital hoy en día. Respetemos esa intimidad, Y si no estás listo para darle ese nivel de privacidad al usuario del dispositivo, entonces hay otras cosas con qué lidiar. Si el usuario del dispositivo es uno de tus hijos, quizás no están listos para manejar ese nivel de privacidad. Y si tienen acceso a tu dispositivo, entonces recuerda que tienen acceso a TODO lo que tú tengas acceso, no puedes dejar el dispositivo en sus manos fácilmente o sin supervisión. Y si el usuario es tu pareja, entonces quizás no tengas suficiente confianza en la relación que tienes con él o con ella.

Comparte con alguien que necesite saber más sobre el acceso a tu dispositivo, esto ayudará a entender por qué no necesita tener tus contraseñas o accesos para saber que eres fiel, no darles acceso, te hace respetuoso de lo que otros comparten y confían en tí. 

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