Los Vloggers o (video bloggers) y todos quienes generamos contenido audiovisual nos topamos con un dilema conforme avanzan y cambian las políticas, algoritmos y capacidades de las redes sociales.
En un principio no teníamos siquiera qué dudarlo, YouTube era la mejor opción. Después aparecieron plataformas como Vevo y Vimeo que permitieron una postura más corporativa o más artística de los contenidos en video, ampliando las posibilidades en plataformas de video. Sin embargo, no cabe duda que el mayor reto a la hegemonía de YouTube, lo planteó Facebook al permitirnos lo mejor de dos mundos. El público cautivo de nuestras comunidades de Facebook y la posibilidad de viralizar el contenido con una pauta publicitaria definida acercándonos a nuevos usuarios.
¿Qué hace a YouTube el mejor hasta ahora?
YouTube ha sabido alcanzar las demandas de sus usuarios y contenidos al permitir una evolución y cobertura de los derechos de autor con un modelo de monetización y viralización que hace de cualquier contenido una herramienta audiovisual competitiva. También ha permitido que sus algoritmos acerquen a usuarios a contenidos similares, permitiendo el hallazgo y desarrollo de nuevos talentos.
YouTube también ha sido el más claro ejemplo de la democracia digital en la que lo que gusta crece y lo que no desaparece. Aún cuando este modelo se ha visto desgastado por una muy alta generación de contenidos diaria, por encima de las capacidades de visualización del ser humano promedio o incluso de una comunidad dedicada a dicha actividad. Es una realidad, jamás nos acabaremos todos los contenidos en video que se generan en dicha plataforma.
¿Entonces qué me conviene?
La fórmula que se trabajó desde que Facebook privilegió la presencia de videos originarios por encima de los links externos, fue la de incluir una presentación o teaser del contenido dentro de Facebook para invitar al espectador a seguir disfrutando del contenido en YouTube.
Esto funciona para audiencias cautivas, pero de manera limitada. Si ya enganchamos al espectador, lo ideal es que éste pueda disfrutar del contenido en una sola plataforma. Ya que en el mundo digital, dar click y abrir el contenido en otra plataforma puede resultar demasiado pedir.
La mejor fórmula es verificar el idioma que se utiliza y el público al que nos dirigimos. Si nuestro segmento son seguidores cautivos en Facebook con hábitos de uso que privilegian esa plataforma, entonces es deseable postear el video en Facebook. Si nuestro segmento objetivo, son usuarios que no utilizan Facebook como su red principal, entonces lo ideal es compartir el contenido en YouTube.
Para videos musicales, la prioridad sigue siendo YouTube. La plataforma tiene los mejores algoritmos para su difusión y las mejores herramientas para promoción en el caso de talentos y artistas en desarrollo. Sin embargo, si lo tuyo es la música, Facebook Live para complacer a tu público en vivo de vez en vez puede permitir un buen balance. Las dinámicas en vivo dentro de esta plataforma pueden ayudarte a decidir qué es lo que compartes ahí, dejando el resto de tus contenidos audiovisuales en YouTube para seguirlos compartiendo en otras plataformas como Twitter, blogs, sitios web, etc.
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